Se ha encontrado que los equipo que destacan en su rendimiento logran distribuir equitativamente la intervenciones. Nadie domina excesivamente la conversación, nadie está ausente de ella.
En algunos equipos, todo el mundo habla para cada tarea, en otros, el liderazgo pasa de una persona a otra en función del tipo de tarea. Pero, al final del día, todas las personas habían hablado lo mismo.
“Mientras todos tuvieran oportunidad de hablar, todo iba bien. Pero si hablaba solo una persona o un pequeño grupo, la inteligencia colectiva disminuía”. –Anita Woolley, Google, Proyecto Aristóteles
Una “sensibilidad social alta” permite intuir cómo se sienten las demás personas en función de su tono de voz, expresiones y otras señales no verbales.
Uno de los modos de medir la sensibilidad social de alguien es mostrarle fotos de los ojos de varias personas y pedirle que describa qué sienten esos ojos. Se llama el examen de la “lectura de la mente en los ojos”. Los miembros de los equipos de más éxito consiguieron resultados por encima de la media en este ejercicio. Parecían saber cuando alguien estaba triste o sentía que se le hacía a un lado.
En los equipos con peor desempeño, sus miembros tenían resultados por debajo de la media en cuanto a su sensibilidad promedio. Como grupo, parecieran tener menos empatía con sus colegas.
What Google Learned From Its Quest to Build the Perfect Team (Published 2016)